No tenemos nada en contra del gintónic, que conste, pero reconoced que la moda se ha vuelto un poco cansina: en algunos sitios por plantarte un huerto en una copa de balón te pueden cobrar de 12 a 15 €. Ahora que es tiempo de reivindicar la bebida de toda la vida, nosotros apostamos por el vino. Además, por el precio de un gintónic bebe toda la pandilla. ¡Con lo bello que es compartir! Te recomendamos cinco que nos gustan especialmente de Bodegas Torres y que salen muy bien de precio. Los hay para todos los gustos:

1. Sangre de Toro: para hipsters

Un clásico entre los clásicos, ahora renovado. Lleva dos de nuestras variedades favoritas, más auténticas y mediterráneas, Garnacha y Cariñena. El resultado: un vino expresivo, intenso, aterciopelado y persistente en boca, con notas finales de regaliz y grosella negra. Su relación calidad-precio es excelente: en tienda puedes encontrarlo por menos de 5 € la botella.

2. Altos Ibéricos: para jóvenes inquietos

Un tempranillo ideal para tomar acompañado de unas tapas. Se elabora en la Rioja Alavesa y entra bien con todo: embutidos, quesos, carnes, pescados… gracias a su sabor frutal, suave y delicado, con sutiles notas especiadas y ahumadas procedentes de su crianza en barrica de roble durante doce meses. Te pega si eres urbanita, dinámico y curioso, pero la realidad es que gusta a todos los paladares. Sale por menos de 6 € en tienda.

3. Viña Esmeralda: para momentos seductores

Si quieres enamorar a una mujer, éste es el vino que has de pedir. Muy aromático y delicado, este blanco  se elabora en las montañas del Penedès con variedades de Moscatel y Gewürztraminer. Con aroma a frutas exóticas, en boca es sedoso, sensual, voluptuoso… yep! que se te está disparando la imaginación. Perfecto como aperitivo, afterwork o para maridar con pescados, mariscos y arroces marineros, en verano lo querrás tomar bien fresco a todas horas. Cuesta entre 7 y 8 € en tienda.

4. Rebels de Batea: para gente auténtica

Nos encanta la colección 7 Magnífics, aún en desarrollo. Busca vinos directamente relacionados con un terruño, una región y una población determinadas, para ensalzar la autenticidad de cada zona. El primero en inaugurar esta serie es precisamente Rebels de Batea, dos vinos (uno tinto y otro blanco) que son un canto a la Terra Alta. El tinto nos vuelve locos: está elaborado con garnacha, esa gran uva, y es alegre, fresco, frutal y equilibrado. Matices de ciruela madura, notas de hierbas silvestres y el sello mineral de los terrenos calcáreos. Cuesta menos de 10 €.

5. Habitat: para ‘ecofriendlies’

Compras cestas de verduras ecológicas, ropa orgánica y productos bio, reciclas religiosamente y hasta haces tu propio kéfir. El vino orgánico Habitat tinto es el tuyo. Elaborado estrictamente bajo las normativas de la agricultura ecológica con uva Garnacha y Syrah,  es tan goloso que recuerda a la confitura de moras y arándanos. Armonía con la naturaleza y seducción en la copa. Su precio: menos de 9 €.

Hay restaurantes malos, regulares, buenos o muy buenos, y restaurantes que son toda una experiencia. La Caléndula corresponde a este último grupo porque ofrece una cocina diferenciada que emociona tanto a la vista como al paladar. Su valor reside en la introducción de flores y hierbas silvestres en sus recetas, de manera que cada plato se acerca a una obra de arte, preciosista y estética, y, más importante, con un sabor exquisito: la naturaleza se expande en tu boca sin tener la sensación de estar comiendo forraje, todo lo contrario.

Detrás de la cocina de La Caléndula está la chef Iolanda Bustos, que después de ocho años en Girona capital y desde hace apenas un mes, decidió trasladar su local a la tierra de sus orígenes, en la Costa Brava y en un entorno campestre, el pequeño pueblo de Regencós, a medio camino entre Pals y Begur. Seguramente sea un acierto: si se trata de una gastronomía que alude constantemente a la naturaleza, su sitio está cerca de la naturaleza.

La Caléndula es el restaurante del Hotel del Teatre, un alojamiento con encanto que acaba de ser reformado. No obstante, se ubican en dos edificios independientes, uno enfrente del otro, ambos dirigidos por la mano derecha y marido de Iolanda, Jacint. El espacio gastronómico ocupa el lugar de un antiguo teatro del que todavía se conserva el escenario: allí arriba se ha situado la bodega, presidida por una estatua del dios Baco, que se alza como el mejor de los actores pidiendo el aplauso del comensal. El bello interiorismo del local, con guiños rústicos como las lámparas de esparto, lo ha llevado a cabo la misma hermana de Iolanda Bustos, Judith, con su estudio Tres Trastos. Siguiendo con el espectáculo teatral, la cocina queda a la vista, y cuenta con una terraza ideal para relajarse tras una cena de emociones.

Iolanda Bustos es hija de madre cocinera y de padre ‘pagès’. “Mi madre no cocinaba con flores, pero las usaba mucho, junto con hierbas silvestres, para hacer infusiones medicinales y eso me influyó mucho a la hora de enfocar mi cocina”, explica la chef. Su amor por la naturaleza la llevó a realizar muchos cursos de fitoterapia y a experimentar con las plantas en su cocina: le aportan sabor, color, belleza y un valor extra medicinal. Iolanda cultiva ella misma sus flores, con la ayuda de algún proveedor cuando necesita mayores cantidades, “pero lo que más me gusta -confiesa- es ir a buscar flores y hierbas silvestres al campo, son mis favoritas”.

La Caléndula ahora será un restaurante de temporada, aunque “de temporada larga”. En principio, en noviembre y diciembre abrirá sólo los fines de semana y festivos, y cerrará sus puertas de enero a marzo. Una ventaja para Iolanda, pues aprovechará para lanzar un nuevo libro -publicó en 2009 “Las mejores recetas con flores, plantas y frutos silvestres” (Salsa Books)- y para realizar un stage en el Celler de Can Roca. “Voy al revés del mundo -ríe la cocinera- después de tantos años con mi propio restaurante, me meto en la cocina de otros chefs, pero me hace mucha ilusión que los hermanos Roca quieran profundizar en la cocina con flores y cuenten conmigo para ello, tenemos muy buena relación de tantos años en la misma ciudad”.

Dejamos lo mejor para el final: la cocina que degustamos. La carta del nuevo La Caléndula se ha ampliado a nuevos apartados como los arroces, cocinados con agua de mar y a la brasa de encina, y cuenta con otros como tapas para compartir, además de los entrantes y los principales. Tienen todavía que perfilar un menú degustación -“necesitamos antes rodar al equipo”- pero la muestra que nos sirvió Iolanda fue exquisita de principio a fin, y tan bella que vale la pena mostraros todos los platos. Por cierto, el pan es ecológico y cada plato viene acompañado de letras que indican si son aptos o no para intolerancias alimentarias diversas.

Una bienvenida muy floral: Xampanyet de Saüc, un espumoso natural de flores de saúco, de muy baja graduación (unos 0,5 grados), que elaboran ellos mismos de manera artesanal. Es como beber flores y tiene, además, una simbología de lo más romántica: da larga vida y felicidad a las parejas que lo toman.

Aperitivos: pasta milhojas con recuit y hierbas; pan de coca con jamón ibérico, higos frescos y flor de malva; tartar de sandía con caléndula y mostaza. Muy interesante éste último, como si comieras un tartar de carne pero versión refrescante.

Navaja marinada con miso y cítricos (5 €/unidad). Las flores rosas son begonias y las plantas verdes ficoides, una hierba de mar por cuyo aspecto da la sensación de que está helada (pero que no).

Mejillones a la brasa con muselina de azafrán (8 €).

Ortiguillas de mar rebozadas (12 €). Acompañadas de huevas de trucha y de algas. El mar en la boca.

Carpaccio de sepia con pimentón, habitas, hierbas y flores del campo (15 €). Paisaje al plato de una belleza que impresiona, si incluso da pena comérselo…

Crema fría de tomate y fresa con helado de queso azul y pétalos de flores (12,5 €). Servida con láminas de fresa al fondo.

Brandada de bacalao envuelta en un velo de miel milflores (14 €). Con flores de jardín y tierra de aceitunas.

Tataki de atún rojo sobre un lecho de berenjena, albahaca y sésamo (19 €). La berenjena en forma de mousse, la albahaca en crujiente.

Suquet de pescados con plancton marino (21 €).

Piña infusionada con flores de hibisco y sorbete de estragón (6,5 €). Muy refrescante.

Pastel de naranja y almendra con flor de azahar y sorbete de algarroba (7 €)

Petit fours: perita con cacao y gelatina de hierbaluisa.

Tras esta muestra visual ya puedes convencerte de que la cocina de Iolanda Bustos en La Caléndula es especial, sensorial, bella y, lo sabrás cuando la pruebes, una explosión de sabores en la boca. La que nos trae la esencia de la naturaleza y sus flores y hierbas comestibles.

Fotografía Iolanda Bustos: lacalendula.net

La Caléndula

Nou, 2. Regencós (Girona)

Tel. 972 303 859.

Horario: de 13 a 15.30 horas y de 20 a 23 horas.

Web: lacalendula.net

Precio medio: 45 €.

Málaga lo tiene todo para una escapada corta ideal: sol, playa, una treintena de museos, monumentos, un agradable casco antiguo y buena gastronomía. Nos hemos plantado allí con un Vueling  y te traemos 12 recomendaciones que no deberías saltarte. Aunque sin agobios, si te las saltas vas a disfrutar lo mismo:

1. Admirar el atardecer en Los Baños del Carmen.

Sentarse en la terraza de este antiguo balneario frente al mar es una gozada, más si coincides con alguno de sus conciertos. Tras años en decadencia, ahora ha recuperado cierto esplendor, pero ese puntito de glamour en horas bajas le da un encanto insuperable. Su restaurante propone tapas, pescados espetados, carnes a la brasa… Al mediodía el menú sale por 18 €. Bolivia, 26.

Panorámica del antiguo balneario Baños del Carmen

2. Tapear en El Pimpi.

Quizás el bar más emblemático de Málaga, con una sala llena de toneles firmados por gente famosa: Antonio Banderas, Antonio Gala, Miquel Barceló… y una pared con fotos del paso por el local de ellos y de muchas otras personalidades. Independientemente de eso, el lugar respira encanto e historia aun habiéndose convertido en un reclamo turístico más. Tapas, vinos malagueños y cócteles en un local auténtico, con pequeños patios interiores repletos de macetas de claveles y una terraza gigante fuera. Comer sale por unos 25-30 €. Granada, 62 y Jardines de la Alcazabilla.

Una de las entradas del Pimpi.

3. Visitar los nuevos museos Pompidou y Museo Ruso.

Recién llegados de París y San Petersburgo, respectivamente, el Pompidou y el Museo Ruso se añaden a la ruta museística de una ciudad ya de por sí rica culturalmente. El cubo de colores del Pompidou Málaga, con obras de arte contemporáneas, abre el flamante muelle del puerto, lleno de bares, restaurantes y tiendas. El Museo Ruso queda más apartado, en el edificio de la Tabacalera, pero su colección vale la pena.

El cubo de colores del Pompidou Málaga

4. Hacer una ruta por sus otros museos y centros culturales: Picasso, Thyssen, CAC, La Térmica…

Aunque ya hayas visitado el museo del genio de Málaga, Picasso, siempre vale la pena volver. Si vas antes del 27 de septiembre de 2015 aún mejor: podrás disfrutar de la gran retrospectiva de Louise Bourgeois. En el Thyssen podrás profundizar en el arte andaluz, en el CAC ver interesantes exposiciones de arte contemporáneo y en La Térmica disfrutar de un interesante programa cultural (exposiciones, charlas, cursos…).

5. Comer espetos en la playa Pedregalejo.

Los espetos, o brochetas de pescado a la brasa, son un bocado imprescindible si vas a Málaga, especialmente los de sardina. Lo más típico es ir a comerlos a la playa Pedregalejo, donde podrás tomarlos de manera informal en cualquiera de sus chiringuitos: Andrés Marichuchi, El Cabra, Miguelito El Cariñoso, El Caleño… Comer por allí cuesta de media unos 20 €.

La barca para hacer espetos de Andrés Maricuchi.

6. Pasear por su centro peatonal.

Empiezas por la señorial calle Marqués de Larios, su epicentro, y continúas por sus callejuelas, repletas de bares de tapas, terrazas y buen ambiente. Parada obligada en la catedral, la Alcazaba y el Teatro Romano.

Vista de la Alcazaba.

7. Tomar el aperitivo en el Mercado Atarazanas.

Varios puestos ofrecen tapas frente a este bonito mercado, a pie de calle y en mesas altas sin taburetes. Producto fresco -cazón, pulpo, gambas, concha fina, navajas…- a un precio imbatible (unos 3,5 € la media ración). No dejes de pasear por el mercado, con una entrada mudéjar, techo de hierro forjado y una bella vidriera. Atarazanas, 10.

Interior del Mercado Atarazanas.

8. Reservar en el mejor comedor de Málaga: José Carlos García Restaurante.

El chef José Carlos García se hizo con la primera estrella Michelin de la provincia en el Café París. Hace poco abrió un restaurante mucho más elegante en el puerto, con un comedor de seis mesas donde podrás deleitarte con su alta gastronomía de autor, con un menú degustación de 110 €. Pl. de la Capilla, Puerto de Málaga.

La terraza del José Carlos García Restaurante.

9. Brindar en la Antigua Casa del Guardia.

Una bodega abierta desde 1840 y que ha sabido conservar la autenticidad a pesar del paso de los años, toda una institución en la ciudad. El vino se sirve directamente desde el tonel y lo más típico es pedir un pajarete. Y así sales, hecho un pajarete, a seguir la ruta.

Pajaretes en la Antigua Casa del Guardia.

10. Atreverte con la fusión en KGB.

El chef Kisco García funde en el KGB (Kisco García Bar) la gastronomía andaluza con las más dispares cocinas internacionales: de la asiática a la rusa. Empieza por el nam vietnamita de pringá, uno de los favoritos, y sigue dando la vuelta al mundo: pan Pekín Express, tortilla al vodka, tortillita de camarones…

Nam de pringá en el KGB.

11. Relajarte en el Hammam Al Ándalus.

Un espacio inspirado en el pasado nazarí de la ciudad para evadirte en sus aguas de contrastes térmicos. Acaba con un masaje, ya que estás. El baño relajante sale por 30 €, el baño y masaje relajante de 15 minutos, por 43 €. Plaza de los Mártires, 5.

12. Tomar una copa en la azotea del Hotel Molina Lario.

La Piscina Lounge del Molina Lario, en la octava planta, tiene piscina, estupendas vistas a la catedral, cócteles y ¡barra de barbacoa! Perfecto para acabar la noche en un ambiente cool y chill-out.

Hay aceites y aceites. De oliva virgen extra siempre (o casi), pero aun dentro de esta gama, los hay mejores y peores. Te damos cinco de nuestros elixires favoritos: con ellos el pan con tomate (o sin él, con un poco de sal), las ensaladas, los gazpachos y otras recetas alcanzan una nueva dimensión.

1. Castillo de Canena.

Experiencia tienen. Esta empresa olivarera nacida en 1780 toma el nombre del castillo árabe que se erige en el municipio de Canena, en Jaén. Cuidan sus olivos del Valle Alto del Guadalquivir como a un bebé para elaborar con mimo las variedades clásicas de Picual, Arbequina y Royal. La prestigiosa guía italiana Flos Olei ha situado sus aceites entre los 20 mejores del mundo al obtener la máxima puntuación (98 puntos), ahí es nada. De entre toda su excelente gama destacamos su Arbequina al Humo de Roble (con esa característica y bonita botella azul y ese sabor ligeramente ahumado) y su pack Primer Día de Cosecha (Picual y Arbequina). Se trata esta última de una edición limitada con el zumo obtenido de los mejores frutos seleccionados el primer día de la cosecha. Cada año, una personalidad es elegida para personalizar la etiqueta y dar aún más valor a esta exclusiva colección, la última la ha creado el diseñador de moda Roberto Verino. Son aceites densos, intensos, fragantes, equilibrados. Grandes. El pack de los dos cuesta unos 39,60 €.

2. Dauro.

El mejor aceite extra virgen afrutado ligero, según Flos Olei 2015, tiene entre sus muchos méritos y galardones el haber sido el elegido en numerosas cenas de los Premios Nobel. Los mismos de Roda (la prestigiosa bodega riojana) plantaron en 1996 110 hectáreas de arbequina, hojiblanca y koroneiki (de origen griego esta última) en el Alt Empordà. De la mezcla de estas tres variedades nació este excelente AOVE, intenso pero aterciopelado, afrutado en boca pero con un leve toque picante, nada amargo. Dauro es un aceite de pago, como en los vinos se vincula a un clima y tierra determinados (proceden de una sola plantación) y se embotella sin mezclar añadas. Otros trucos para conseguir una calidad óptima: una cosecha temprana, su rápida molturación (entre dos y diez horas desde su recolección) y su moderna almazara. Se comercializa en botellas de 500 ml. y cuesta entre 16 y 17 €.

3. Oleum Artis Marqués de Griñón.

Otra bodega, la del aristócrata sevillano, que se dedica al negocio del oro líquido con sobrado éxito. Este aceite de pago de calidad excepcional también se alza orgulloso en lo más alto de la famosa guía italiana. Tan bien les ha ido que se han quedado cortos con la producción y ya están ampliando las 10o hectáreas que tienen plantadas en el antiguo Señorío de Valdepusa, en Malpica de Tajo (Toledo). Oleum Artis mezcla variedad arbequina y picual, pero la empresa comercializa otras botellas monovarietales (atención a su Serie Limitada porque es como el mejor de los perfumes, tanto en su presentación como en su fragancia cuando destapas la botella). Algunos de sus secretos: el exhaustivo análisis que realizan para valorar el momento óptimo de la recolección y su recogida manual, como antaño pero con peines vibradores que evitan el golpeo de la aceituna. El resultado: un aceite intenso en nariz (la hierba cortada da paso a notas de alcachofa y trufa) y equilibrado en el paladar, con un ligero picor final. Sale por unos 13 € la botella de 500 ml.

4. Sahita.

Tiene la finca en los Santos de Maimona, en el corazón de Extremadura y cuentan con un proceso mecánico que mima la aceituna y acorta el tiempo entre la recogida y la molturación (menos de cuatro horas). Tienen ahora mismo dos variedades de AOVE: la variedad Arbequina, suave, dulce y fluida, y  la variedad Morisca, más intensa, compleja y amarga, muy interesante (7,5 €/250 ml y 11 €/500 ml). Cuentan con otros productos derivados que molan tanto como el aceite: las tabletas de chocolate con olivas liofilizadas y las de pipas con sal maldon, elaboradas ambas con aceite arbequina, están de muerte (3,75 €). Y acaban de lanzar una formato aún más divertido para comer chocolate con sal y aceite (que no sé a vosotros, pero a nosotros nos vuelve locos): los sorbitos de chocolate, pequeños vasitos hechos con chocolate y fondo de sal u oliva liofilizada para que puedas echar aceite de oliva y tomarte un chupito muy goloso; a la venta después del verano (8 €).

5. Estepa Virgen.

Es el aceite más preciado de la Sociedad Cooperativa Andaluza Oleoestepa, que reúne a 5.000 olivareros y 17 almazaras de Sevilla y Córdoba (D.O.P. Estepa), todos con una tradición familiar que se remonta a siglos y que juntos comercializan unos 30 millones de litros de aceite. Su variedad más cultivada es la Hojiblanco (78%), pero también tienen manzanillos, picuales y arbequinos. Su aceite Estepa Virgen llama la atención ya por el frasco, que recuerda a un perfume. Se trata de una selección de todas sus variedades de aceitunas recolectadas de manera temprana, a principios de noviembre, cuando la aceituna está en envero (entre verde y morada), lo que consigue mayor intensidad y matices verdes en boca. Cuesta 16,95 €/500 ml. Otro que nos gusta mucho es su Egregio Ecológico, elaborado principalmente con hojiblanca y picual (15 €).

Nos dejamos otros muy buenos, lo sabemos, habrá tiempo de recomendarlos.

Foto apertura: experienciasaceitesdeoliva.com

Tenemos la solución a tu depresión postvacacional: planear tu próxima escapada. Y tenemos una sugerencia que amarás si buscas relax absoluto y comer bien: el hotel Casa Anamaria. Ubicado a unos seis kilómetros de Banyoles (Pla de l’Estany, Girona) y en medio de la naturaleza, transmite una calma renovadora, aquí se viene a disfrutar del ‘dolce far niente’ (aunque también hay opciones para los más activos) y de la mejor gastronomía catalana, con una carta diseñada por el prestigioso chef Sergi de Meià.

Detrás de Casa Anamaria está Olivier Miterrand, sobrino del mismísimo ex presidente francés François Miterrand, un enamorado de la Costa Brava cuyo sueño era montar un hotel con encanto por la región. Lo inauguró hace apenas un año tras restaurar una masía típica catalana y construir muy cerca un edificio paladiano que parece sacado de Venecia. Cuenta pues con varias opciones de alojamiento: una más rural (la casa tiene seis habitaciones, además de un anexo con tres más, y puede alquilarse por entero, por partes o por habitación) y otra más elegante con 16 dormitorios. Te quedes en un sitio o en otro, encontrarás por igual una cuidada decoración y detalles exclusivos.

Vista de la masía y el edificio paladiano desde la piscina de agua salada.

A eso hay que añadir un pajar que acoge un centro de convenciones, una piscina de agua salada en la que se está de lujo, un pequeño spa (se reserva para disfrutarlo de manera privada, un acierto), cabina de tratamientos bajo demanda, una pista de tenis, 65 hectáreas de jardines, bosques y caminos para practicar senderismo o bicicleta (no te la tienes que llevar, te la prestan allí mismo), una biblioteca, una bodega, un restaurante y múltiples terrazas. Próximamente construirán una pista de paddle, un helipuerto y, atención, un auditorio al aire libre, pues pretenden posicionarse como hotel cultural.

“Ofrecemos exclusividad, privacidad y silencio -explica la directora de hotel Casa Anamaria, Cristina Masferrer- además de un servicio muy personalizado”. Por ejemplo, el mini bar está vacío y cuando llega el cliente se le pregunta qué preferencias tiene para llenarlo a su gusto. O pueden servirte el desayuno donde tú quieras: en el jardín, en tu habitación, en la biblioteca…

Así de molonas son las habitaciones de hotel Casa Anamaria.

Conscientes de que a nivel gastronómico les faltaba dar un paso más, contactaron hace unos dos meses con el chef Sergi de Meià quien, como ya os contamos en Gastronomistas, cuenta con un restaurante homónimo en Barcelona. Sergi diseñó una carta parecida a la de su restaurante en Barcelona pero adaptada a los productos locales. Se trata de una cocina de proximidad, slow food, saludable, que se sirve de los ingredientes que tienen en los propios huertos del hotel y de productores de la zona. Durante un tiempo de Meià tuvo allí a parte de su equipo en la cocina y aunque ahora ya no continúan con la colaboración, mantienen la carta y su estilo culinario.

El coqueto restaurante de Casa Anamaria.

En la carta cuentan con un menú sorpresa que, por 45 €, es todo un festín. Vale la pena atreverse a pedir a ciegas. Entre otras cosas, probamos una receta exquisita inspirada en una del siglo XVIII, a base de bacalao relleno de tomate y frutos secos con algas por encima. El foie de Colomers con manzana del Empordà resultó untuoso y delicioso; delicado el gallo de San Pedro con verduras y sabroso el cordero confitado a baja temperatura con judías del ganxet. Pocas veces hemos probado unos frutos rojos tan ricos como los que nos sirvieron de postre, recogidos a diez kilómetros del hotel. Y, por cierto, tienen una bodega con vinos del Empordà impresionante.

Parte del menú sorpresa. Boca agua.

Cuentan con dos opciones gastronómicas más informales: el Pool Bar y la bodega. Dos últimas razones para escaparte al hotel Casa Anamaria: es sostenible, cuenta con un sistema de geotermia único (se aprovecha el calor del subsuelo para climatizar y obtener agua caliente), y aceptan animales.

Hotel Casa Anamaria

Ollers, Girona.

Tel. 872 59 17 21.

Web: hotelcasanamaria.com

Precio: habitaciones dobles desde 110 € (niños gratis hasta 9 años), menú sorpresa 45 € (sin vino).

¿Sabías que puedes destrozar un vino excelente si lo tomas en una copa inadecuada? No es que el vino cambie, claro, lo que varía -y mucho- es su apreciación. Parece que hemos aprendido lo importante que es conservar bien el vino o servirlo a la temperatura correcta y, sin embargo, no siempre tenemos la misma consideración por el tipo de copa que utilizamos. Pues deberíamos: los vinos -y otras bebidas alcohólicas- huelen y saben diferente según los bebas en una copa u otra. Son su mejor altavoz. Lo hemos experimentado en nuestras propias carnes, gracias a un evento montado esta semana por la prestigiosa marca austriaca Riedel (mejor dicho, por su distribuidora en España, Euroselecció) en Vila Viniteca. De allí sacamos estos once consejos para que puedas elegir mejor tu copa, conocer su importancia y cuidarla:

1. El contenido determina la forma. Es la máxima de Riedel y parece que acertada: elegiremos un tipo de copa u otro según el tipo de vino que vayamos a tomar (tinto, blanco, rosado, espumoso, sus variedades de uva, su crianza…) o el licor. La firma tiene copas específicas para cada variedad de uva, cada cual diseñada a golpe de cata.

2. Importa más la técnica que la estética. El tamaño y la forma de la copa influyen sobre la percepción del aroma y sabor de la bebida, por lo que la funcionalidad ante todo. De hecho, cuando estaban de moda las copas decorativas y ornamentadas, allá por los años 50, el “señor Riedel” se plantó con un diseño esencial al más puro estilo Bauhaus. El objetivo: que la copa enaltezca la bebida, no que dé color a la mesa.

3. Mejor de cristal. El cristal contiene plomo (al menos un 24%), el vidrio no. El plomo aporta porosidad y una máxima finura en la pared, por lo que el líquido se oxigena más, potencia su aroma y sabor y facilita el centrifugado manual.

4. Ligera al tacto. Te pone en antecedentes a la hora de disfrutar un vino o licor y detectar que es una buena copa. Su aspecto táctil debe ser ligero y suave.

5. 100% transparente. Después del táctil, el segundo aspecto para valorar la calidad de una copa es el visual. Hay que observarla y confirmar que se trata de una copa neutra, sin color ni ninguna tonalidad. Mira a través de la copa: si lo que hay al otro lado no lo ves deformado, es una excelente señal.

En este tipo de copa (modelo Montrachet/Chardonnay de Riedel) un tinto pierde sus encantos, mientras que un blanco de crianza los aumenta.

6. Potenciando aromas. Otro aspecto a tener en cuenta es la transmisión olfativa: el tamaño y forma de la copa sitúa de una manera u otra las moléculas olfativas de la bebida. Debe de enaltecer el bouquet de manera armónica. Una copa con un amplio diámetro provoca, por ejemplo, que un vino tinto pierda gran parte de sus aromas. O una tipo balón puede hacer que un gran whisky te llegue a la nariz en forma de bofetada alcohólica. Los vinos complejos mejor tomarlos en copas muy grandes (más de 700 ml.) pues permiten que se puedan apreciar sus diferentes capas de aromas: los frutales en la superficie, los vegetales en la parte intermedia y los intensos (madera, alcohol…) en el fondo.

7. Distribuyendo el sabor. Las copas de diámetro estrecho te obligan a levantar la cabeza para dirigir el líquido a la punta de la lengua, mientras que las anchas lo dirigen al final de la boca. También según el tipo de copa la bebida entra de forma amplia o fina, distribuyéndose de una manera u otra y variando las sensaciones. Son solo algunos ejemplos que explican que la importancia del diseño de la copa en la experiencia final no es al azar, sino que tiene un porqué. Los vinos tintos, mejor en copas grandes (que no de balón) y los blancos, en  medianas o pequeñas para dar protagonismo a las notas frutales en lugar de al alcohol.

8. El detalle chispeante. Las copas adecuadas para los vinos espumosos, cavas y champagnes, llevan un pequeño corte en el fondo de la copa para potenciar la burbuja.

9. Las copas genéricas. Riesling, la marca de copas favoritas del gurú Robert Parker, comercializa 84 tipos diferentes de copas. Tienen una diferente por cada varietal. Lo de cambiar de copa según tomes un pinot noir o un chardonnay suena bien, pero no es muy efectivo a no ser que vivas en una mansión y le dediques una habitación entera a las copas. Para acotar, nos recomiendan dos que podrían servir como genéricas: la Copa Riesling Grand Cru (para vinos blancos florales) y la Copa Cabernet (para vinos negros).

Los dos modelos genéricos de Riesling.

10. Cómo llenarlas. A ver si usas una buena copa y la llenas hasta arriba, que esto ya sabes que no. El consejo de Riedel es llenar la copa de vino tinto en 110 y 140 ml., la de vino blanco en 85 ml. y la de licor en 30 ml. o menos.

11. Cómo lavarlas. Pueden lavarse perfectamente en el lavavajillas, lo importante es tener cuidado a la hora de secarlas: no apretar y nunca cogerla de los dos extremos, es cuando acostumbran a romperse. Si las lavas a mano, puedes hacerlo sin jabón, únicamente con agua caliente.

Te damos algunas ideas si quieres poner un poco de fantasía en tu mesa y quedarte con tus invitados. Un bazar de platos de autor y diseños originales:

1. Caribe mix en versión alta costura

El diseñador de moda Christian Lacroix ha creado varias colecciones para la marca de porcelana portuguesa Vista Alegre. La última se inspira en la exuberancia tropical y se llama Caribe. Flores, plumas, vegetales, libélulas y mucho color. El plato cuesta 42 €.

2. Alicia en el país de las maravillas

La última colección de la firma Oh Granny “Alice is getting bigger” es un homenaje a la Alicia del país de las maravillas, coincidiendo con el 150 aniversario del libro. Detrás, el joven ilustrador y ceramista Eduardo Masías. Este plato, modelo Reina de Corazones, de porcelana y hecho a mano, cuesta 34 €. Tiene otros igual de fantasiosos.

3. Alma castiza

Detrás de Chichinabo INC están Patricia Lázaro y Miguel Sánchez Lindo, quienes -en sus propias palabras- tratan de “recuperar estéticas y temáticas tradicionales españolas habitualmente menospreciadas por rancias o carentes de gusto”. Cuentan con divertidas colecciones que aluden a los bares de viejos, a los currantes del mercado, a los jubilados del mediterráneo o al mundo baturro (en la foto). Este plato mañico cuesta 30 €.

4. Sofisticación animal

Porcelana de Bohemia, cerámica realizada en Oporto y la imaginación de dos jóvenes emprendedores componen la firma El Ajuar de María. Su colección Metamorphosis es la más vendida e incluye cuatro diseños animales con una imagen muy vanguardista. Los cuatro juntos cuestan 85 €.

5. Para top chefs

Luesma & Vega es la célebre firma que diseña y produce vajilla para chefs de vanguardia como Albert Adrià, Paco Pérez o los hermanos Roca. Ester Luesma y Xavier Vega empezaron con elBulli, su gran trampolín, y ahora realizan proyectos a medida, con la última tecnología de vidrio y metodologías artesanas, para los mejores restaurantes. En la foto, la hoja de bambú de Pakta (Albert Adrià) cuesta 49 €.

6. Muy natural

Desde la Sierra de Madrid, Favorito Studio utiliza técnicas tradicionales de esmaltado y cocción: el hacer cada pieza a mano asegura que cada una tiene un carácter único, con cierto acabado rústico. Les pirran los motivos relacionados con la naturaleza y, sobre todo, con los animales. El cuenco en loza de la jirafa cuesta 28 €. En la foto de apertura del post, tienes más modelos suyos.

7. A buen precio

Las marcas más comerciales como Zara Home también optan por modelos atrevidos y originales, como la colección Paraíso, de inspiración tropical (5,99 € plato grande, 4,99 € el de postre).

Si estás por Barcelona durante este puente de la Mercè, tenemos planazo y en nada tiene que ver con las urnas. Desde ayer y hasta el domingo 27 de septiembre se celebra en la Fira de Barcelona, en Plaza España, el salón Barcelona Degusta 2015, un festival para foodlovers con un montón de stands, charlas y showcookings a cargo de grandes chefs (Joan Roca, los hermanos Torres, Carme Ruscalleda…), talleres y otras actividades para dar a conocer las últimas tendencias gastronómicas. Atención a los amantes de la repostería porque en esta edición, además, se ha integrado la feria BCN & Cake.

Uno de los grandes atractivos de Barcelona Degusta es su espacio dedicado a los food trucks, que viven su momento de máximo esplendor: ya no hay cita gastronómica o cultural que se precie que no deje hueco a la comida callejera. Aunque cuando vivimos un boom así nunca faltan voces críticas y gente no profesional que se sube al carro (nunca mejor dicho), los cierto es que se trata de una tendencia divertida y popular donde se pueden probar propuestas gastronómicas muy dignas y diferentes.

En la Plaça del Univers de la Fira se concentran alrededor de unos 25 foodtrucks (aka gastronetas) que ayer visitamos y, sorpresa y alegría, ¡sin casi hacer colas! Rodean un área de picnic, con mesas comunales para poder sentarte tranquilamente a comer. Un pequeño recorrido por algunos de los más recomendables:

1. Primera parada: ¡una cerveza, por favor!

Algunos food trucks no sirven bebidas, a la entrada del recinto encontrarás un stand donde pedirlas para no tener que ir luego en su búsqueda haciendo malabarismos con la hamburguesa. ¿Nuestro maridaje favorito para el street food? Sin duda, la cerveza.

2. Food Trucks con conciencia

Barcelona Degusta ha querido dar protagonismo a las gastronetas Km0.0 -con producto de proximidad-, conciencia ecológica o altamente sensibilizadas con los ingredientes frescos y de calidad. Entre ellas, Fileteando, la nueva furgoneta del famoso restaurante El Filete Ruso, con sus hamburguesas y hot dogs ecológicos (7 € la burger completa, 5,5 € el hot dog). O Happy Foods, con originales hamburguesas gourmet y bocatas de butifarra, ambos elaborados con pan ecológico artesano y cocido con leña y carnes y verduras también ecológicas y de proximidad. Entre sus hits: Heisenberg, de ternera eco, cebolla caramelizada, queso de cabra, germinados y tomate. Por último, Casa Ametller cuenta con ensaladas para personalizar a tu gusto eligiendo cuatro ingredientes (3 €) y con energéticos smoothies (3 €), además de varios huertos urbanos para que te puedas llevar tus lechugas o hierbas para plantarlas en casa.

3. Cocina internacional

Ceviche 103, el footruck del restaurante peruano, propone ceviche clásico o nikkei, burrito de pollo o sánguche de lomito de cerdo (6 € cada uno). Al lado, la opción japonesa de Zuka, con boxes diversos de nigiris, makis y uramakis (desde 7,90 €) o temakis (desde 5,50 €). En La Taguara encontrarás suculentas arepas venezolanas (nuestra favorita, la sifrina, pollo mezclado con aguacate y queso, a 6 €).

4. Toma butifarra

Aquí también podrás degustar los “hot dogs catalanes” pero de inspiración internacional del chef Carles Abellán y su Yango (6 €) o las delicias de Butifarring. También nos ha gustado la propuesta de Naïf, que preparan bocatas de butifarra o de secreto (además de hamburguesas) con la carne cocinada a la piedra volcánica.

5. De postre…

No te pierdas las delicias de Chök, la tienda especialista en chocolates con unos krönut que quitan el sentido y tan variados en toppings que te costará decidir (4 €). Su café está también muy rico.

6. Y una imagen vale más que mil palabras…

¿Quién dijo que los food trucks eran la última pijada hipster? Los food trucks, señores, no entienden de edad ni de estilos.

Barcelona Degusta 2015

Fira de Barcelona. Recinto de Montjuïc – Palacio 1.

Del jueves 24 al domingo 27 de septiembre de 2015.

Entrada general: 5 €.

Una buena manera de celebrar la llegada del otoño y de la temporada de castañas.

Ingredientes para el bizcocho de chocolate:

200 gr. de harina de repostería

250 gr. de azúcar

250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente

50 gr. de cacao en polvo

15 gr. de canela

un sobre de levadura

6 huevos

Ingredientes para la cobertura de castañas:

400 gr. de castañas

400 ml. de leche

180 gr. de azúcar

una pizca de sal

1/2 vaina de vainilla

200 ml. de nata para montar

virutas de chocolate (opcional)

Elaboración:

Empezamos por el bizcocho. Antes, prepara un molde de silicona de unos 24 cm. de diámetro y de suficiente altura (si no tienes, te tocará engrasarlo, tú ya sabes) y precalienta el horno a 180º con el calor de arriba y de abajo.

Con una batidora de varillas mezcla los 250 gr. de azúcar y los 250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente. Cuando obtengas una mezcla homogénea, incorpora los seis huevos previamente batidos y volver a batir.

En otro bol, echa los 200 gr. de harina previamente tamizada, el sobre de levadura, los 50 gr. de cacao en polvo y los 15 gr. de canela. Mezclar bien y agregar a la mezcla anterior poco a poco y sin dejar de remover. Cuando obtengas una masa homogénea la viertes en el molde y horneas durantes 35-40 minutos (comprueba que esté bien hecho pinchando con un palillo).

Desmoldar y dejar enfriar.

Para elaborar la crema, haz un pequeño corte a las castañas y ponlas en agua hirviendo unos 5 minutos. Deja enfriar un momento para no quemarte y pélalas.

Pon en un cazo los 400 ml de leche, los 400 gr. de castañas peladas, los 180 gr. de azúcar, la pizca de sal y la vaina de vainilla. Lleva a ebullición y baja el fuego para cocer lentamente durante 20 minutos aproximadamente (mira que las castañas estén hechas).

Retira la vaina y y tritúralo todo hasta obtener una crema homogénea. Dejar enfriar en la nevera.

Montar los 200 ml. de nata para montar, añadir poco a poco con una espátula la crema de castañas fría de la nevera. Ir mezclando suavemente para conservar el volumen.

Poner la crema en una manga pastelera para añadirla al bizcocho. Podemos partirlo por la mitad y añadir crema en medio o directamente usarla toda como cobertura. Adornar (opcional) con virutas de chocolate.

¿Un chef como Jordi Cruz escribiendo un libro de autoayuda? Verlo para creerlo. El mediático cocinero, estrella Michelin por ABaC y Angle, publicó recientemente el libro El cocinero tenaz. Si te lo propones, lo consigues (Conecta, 15,90 €), en el que recapacita sobre una parte de su trayectoria vital y ofrece algunas reflexiones para ayudarnos o animarnos “en este duro pero increíble camino que es la vida”.

Personalmente, los libros de autoayuda me causan cierto rechazo, pero mi vena cotilla me ha animado a ojearlo y a contaros algunas cosillas que os van a sorprender de Jordi Cruz. Los consejos, si os interesan, os compráis el libro.

1. Ser hijo de una familia numerosa le hizo espabilarse mucho. Su padre -“de mucho carácter, duro y bastante autoritario”- pasaba todo el día en el trabajo y su madre era ama de casa y tenía que sacar adelante a sus seis hijos (Jordi era el pequeño). Su “carrera” empezó mirando cómo su madre cocinaba en casa platos típicos de la comarca catalana del Bages (escudella, canelones, pimientos rellenos de bacalao…). “A los ocho años ya practicaba una cocina de experimentación e intuición cuando estaba solo en casa”.

2. Su padre era poco afectuoso y eso le hizo sentir bastante pequeño a Jordi. Esa desconexión que tenían le motivó a ponerse a trabajar: “precisamente porque no me gustaba pedirle dinero a mi padre (…) Yo era muy orgulloso, tanto como él”.

3. “Me he perdido muchos momentos interesantes en la vida por ser demasiado tímido o por no saber valorarme ni expresarme con confianza”, confiesa Jordi Cruz en el libro.

4. Entró en la escuela de hostelería de Manresa con doce años: “no fue una experiencia maravillosa porque nunca me ha gustado que me digan que tengo que estudiar. Lo que sí aprendí allí fueron las primeras experiencias vitales: me fumé el primer y único porro de mi vida, me tomé mi primer quinto, tuve mi primera novia, jugué partidas increíbles al futbolín, viví mi primera pelea en la calle, etc.”

5. Empezó como camarero en el restaurante de banquetes Estany Clar de Cercs. De allí pasó a la cocina, donde empezó a proponer platos nuevos. “Allí también empecé a copiar algunos platos; de hecho es una etapa por la que pasamos todos los cocineros (…). Un cocinero no puede decir que utiliza o ha utilizado recetas y técnicas de otros cocineros para evolucionar o aprender, pero la verdad es que forma parte de nuestro oficio y todos lo hacemos”. Admite que empezó a poner nombres largos “y cursis” a sus platos para dejar huella. Allí estuvo 14 años y afirma que en este restaurante crearon escuela en el mundo del ‘banqueting’. Fue donde consiguió su primera estrella Michelin con 24 añitos.

6. A los 18 años se estrenó en los concursos. “Me cambiaron la vida porque me gustaban y me motivaban mucho”. También la parte de rivalidad que conllevan: “soy competitivo hasta la médula y no me gusta nada perder (…) Eso sí, no me amargo si no gano”.

7. Cuando le ofrecieron el restaurante L’Angle (antes en Sant Benet de Bages), le surgió un impedimento “inesperado”: Ferran Adrià, por aquel entonces director de la Fundación Alícia, debía aprobar su “candidatura” y no lo hizo. Jordi entendió que esa negativa “solo se podía deber a que Ferran Adrià se había sentido ofendido por algo”. Recordó que había incluido una técnica de Adrià en un libro suyo: mencionaba que era de él pero “como soy un tímido de campeonato, fui tan tonto que no me atreví a decírselo personalmente ni a llamarlo”. En la segunda edición del libro, Jordi Cruz lo incluyó en los agradecimientos y se lo envió. No sabe si fue ese detalle el que le hizo cambiar al maestro de opinión y aceptar a Jordi Cruz en Sant Benet. También demostró ser espabilado para conseguir la plaza vacante del ABaC tras la marcha de Xavier Pellicer: averiguó el nombre del empresario que estaba detrás y lo invitó a comer.

8. “La parte positiva de participar en MasterChef es que hago algo que me hace sentir realizado. La fama no te hace sentir más extraordinario que los demás”. Admite también que, no obstante, ayuda a tener cada día el restaurante lleno.

Lo celebres a la manera tradicional catalana con castañada y panellets o a lo yanki con calabazas y calaveras, no dejes de poner un punto sibarita al 31 de octubre. La noche de los muertos nunca fue tan apetitosa mouahaha.

1. Los dulces fantasmas de Be Chocolat

Nos declaramos fans del maestro chocolatero Michel Clement, en cuya tienda-obrador en la calle Banys Nous 17 de Barcelona prepara sus creaciones al momento, a la vista y de manera artesanal. Sus chocolates son de primera calidad y se nota: están buenísimos. Para Halloween ha preparado piruletas en forma de fantasma y de momia, realizadas con chocolate blanco. A partir de 2 €.

2. Los panellets artesanos de Turris

Reivindiquemos los dulces locales entre tanta calabaza y calavera. El maestro Xavier Barriga en sus tiendas Turris propone un surtido con panellets de piñones (los más vendidos), de almendras, de chocolate, de fresa con mermelada de frambuesa, de naranja o de coco. Los de piñones cuestan 49,5 €/kilo y los de sabores, 38,5 €/kilo.

3. Los originales buñuelos de Nunos

José Fernández, el maestro de esta pastelería madrileña (Narváez, 63) se ha inspirado en un bosque de otoño para crear innovadoras recetas: buñuelos de tierra húmeda con musgo (elaborado con streusel de cacao), de crema de pino, eucalipto y tomillo limonero, de crema de castaña, de crema de calabaza, de crema de boletus, de chocolate con trufa negra, de frutos del bosque y de crema de queso con humo. También aquí encontraréis estupendos panellets y huesos de santo.

4. Cacao Sampaka: ¡toma castaña!

Una manera diferente de comer castañas: los bombones elaborados con praliné trufado al marrón glacé y en forma de castaña que propone durante el otoño las tiendas de Cacao Sampaka (en Madrid, Barcelona y Valencia). Disponibles en cucurucho de papel o en cajas de 16 unidades (15,80 €).

5. Las cookies de Sylvia’s Box

La tienda-taller de Sylvia’s Box (Rosselló, 60. Barcelona) lanza la Halloween Box, un surtido de cinco galletas artesanas muy graciosas en forma de gato negro, fantasmita, gorro de bruja, lápida y tumba. Por 10 €.

6. Galletas terroríficas en Casa Viva

Un gadget que hará las delicias de los más pequeños: cortadores de galletas en forma de calabaza, de casa encantada, de fantasma y de sombrero de bruja, a la venta en las tiendas de decoración Casa Viva por 6,95 € el set de los cuatro.

7. Un sacacorchos de muerte en +D2

¿Organizas una cena en tu casa por Halloween? No descuides los detalles terroríficos como este sacacorchos con forma de calavera, en +D2 por 30 €.

8. Un vino para montar un akelarre: Pazo das Bruxas

Este albariño D.O. Rías Baixas de Bodegas Torres es un homenaje a la Galicia más profunda: la de las meigas o brujas. Perfecto para tu cena de Halloween, cuesta unos 9,50 €.

9. La calavera loca de Escribà para Lekue

Unos divertidos moldes de silicona para crear bombones en forma de calavera, creados por el pastelero Christian Escribà para la marca Lekué. Por 9,90 €.

10. Detalles decorativos en Muy Mucho

En la tienda de objetos de decoración Muy Mucho, con direcciones repartidas por toda España, encontrarás detalles como estos palillos -disponibles en forma de calabaza o de fantasma- para decorar los platos de tu fiesta de Halloween. Un paquete de doce palillos cuesta 1,99 €.

Una buena idea para conseguir que los niños coman pescado o para incluir en tu próxima fiesta. Es fácil de preparar, saludable, rico y divertido de comer.

Ingredientes para las piruletas:

300 gr. lomos de salmón noruego fresco, sin espinas ni piel

300 gr. lomos de bacalao noruego fresco, sin espinas ni piel

1 diente ajo

una pizca de cilantro fresco

1 cucharadita aceite de oliva

2 cucharaditas de harina de maiz

media cucharada de azúcar moreno

1 limón

media cebolleta

un poco de jengibre

set de palitos para piruletas

Ingredientes para la salsa:

1 cuharada de cebolleta

1 cucharada de cilantro fresco

2 cucharadas de salsa agridulce

1 taza de salsa de soja

1 cucharadita de caldo de pescado

1   limón

una pizca de azúcar moreno

Elaboración de las piruletas:

Pica a cuchillo los filetes de bacalao y salmón noruegos frescos y reserva en un bol.

Por otro lado, pica muy finos el jengibre, el ajo, el cilantro y las cebolletas y mézclalos. Añade la ralladura del limón, el aceite de oliva, la harina de maíz y el azúcar moreno. Posteriormente, mezcla todo bien con el pescado picado.

Mójate las manos con agua fría antes de comenzar a preparar las piruletas. Dales forma con una dimensión aproximada de 5 centímetros de diámetro y 1,5 cm. de espesor.

Reserva las piruletas en la nevera aproximadamente 10 minutos, así evitarás que las piruletas se deshagan al freírlos más tarde.

Calienta bien el aceite en una sartén y fríe los pasteles a fuego suave hasta que estén dorados. Inserta cada uno en un palito para que se pueda comer con los dedos.

Elaboración de la salsa:

Echa en un bol unas gotas de limón y un poco de su ralladura. Pica bien la cebolleta y el cilantro fresco e incorpóralos. Añade la salsa agridulce y la de soja. Sazona con el caldo de pescado y un poco de azúcar.

Entre las novedades editoriales encontramos verdaderas delicias para animarte a ampliar tu universo culinario. Títulos para todos los gustos en preciosas ediciones que te harán salivar a cada página. Una selección imprescindible de Coffee Table Books (gran formato) de cocina:

1. Persiana. Recetas de Oriente Próximo y más allá.

En estos días en los que lloramos a los muertos, a los de París y a los de Beirut, este libro que hermana la cultura de Occidente y de Oriente a través de la cocina simboliza el anhelo de muchos: el de la paz y el hermanamiento. Escrito por una cocinera autodidacta criada en una familia iraní en el seno de Gran Bretaña, nos acerca a las tradiciones y sabores árabes de una manera accesible y actualizada. “Si tiene en su despensa unas cuantas especias, algunos limones en conserva y quizá algo de harissa (una salsa picante), pueden ocurrir cosas mágicas y prodigiosas”, señala la autora. Entre las recetas, todas ilustradas con fantásticas fotos, pensamos hacer las siguientes: berenjenas ahumadas con ajo (Mirza ghasemi), salsa de feta y pistacho, pollo con azafrán y limón, paletilla de cordero al perfume de especias y salmón con especiado cítrico. Un centenar de sugerencias, desde platos turcos a persas, desde clásicos como el hummus a invenciones divertidas como los burritos de pollo al ras el hanout… un libro que desprende aromas exóticos en cada página. Te gustará si te gustó otro de la misma editorial que ya recomendamos en su día: Jerusalén. Crisol de las cocinas del mundo, de Sami Tamimi y Yotam Ottolenghi.

Persiana. Recetas de Oriente Próximo y más allá, de Sabrina Ghayour (Editorial Salamandra, 23 €).

2. México. Gastronomía.

La biblia definitiva de la cocina mexicana, ahora que está más de moda que nunca, complemento perfecto de otro libro de la misma editorial que os recomendamos hace poco: México de adentro hacia fuera, del afamado chef Enrique Olvera. Planteado a la manera del imprescindible de la cocina italiana La cuchara de Plata, este libro es igual de apetecible, de principio a fin. Empezando por su cubierta fucsia y troquelada con calaveras mexicanas y acabando por un glosario para aprender a utilizar los términos mexicanos culinarios con propiedad. En medio, divide sus 600 recetas tradicionales en diferentes categorías: Street Food y aperitivos, entrantes y ensaladas, huevos, sopas, pescado y marisco, carnes, verduras, salsas, arroz y legumbres, pan y pasteles bebidas y postres y, para acabar, una selección de recetas a cargo de chefs invitados (de Enrique Olvera, de nuevo, a José Andrés). Guacamole, tacos, pozoles, quesadillas… todo un sinfín de platos coloridos y picantes (o no) que por fin aprenderás a hacer para alegría de tus amigos.

México. Gastronomía, de Margarita Carrillo Aronte (Phaidon, 39,99 €).

3. Tokio. Las recetas de culto.

Otra preciosa edición con portada fosforita, divertidas ilustraciones y detalles dorados. La chef japonesa Maori Murota (autodidacta), cuando se fue a vivir a París, quedó sorprendida de lo poco que sabíamos de la cocina japonesa. No es cierto que coman sushi todos los días, ni que el tofu sea soso -“existen muchas maneras de aderezarlo”, señala- o que la sopa miso no tiene sabor -“¡si se hace con auténtico caldo dahi seguro que la opinión cambia!, explica- y lo más importante: la cocina japonesa es mucho más fácil de preparar de lo que pensamos. Dispuesta a desterrar mitos, nos acerca recetas para desayunar al estilo tradicional nipón (a base de arroz, sopa de miso, tsukemono, pescados y huevos), para el ‘ohiru’ (almuerzo, generalmente a base de fideos, arroz, pescado y carne), para hacer un bento -una manera mucho más glamourosa de llevarte el tupper al trabajo-, para merendar (generalmente dulces), para tapear al estilo de una izakaya y para organizar comidas familiares (con platos que comparten). Todo ello aderezado con preciosas fotografías, trucos impagables y direcciones para descubrir el Tokio más auténtico.

Tokio. Las recetas de culto, de Maori Murota y fotografías de Akiko Ida y Pierre Javelle (Lunwerg, 24,50 €).

4. Inside Chefs’ Fridges, Europe. Los grandes chefs nos abren sus frigoríficos.

Un libro que curiosea en las neveras de los domicilios de 40 grandes chefs europeos: de Joan Roca a Massimo Bottura o Hélène Darroze. Con graciosas fotos que retratan esas neveras (mucho más ordenadas que la tuya o la mía, seguro que hay un estilista de por medio, no nos engañemos), nos enteramos de las preferencias de productos de estos genios de la cocina, muy útil para darte ideas en tu próxima cesta de la compra. A eso se añade un perfil de cada cocinero y un par de recetas suyas. Así, sabemos que al chef Massimo Bottura le pirran las mermeladas (de naranjas sicilianas, de pomelo rosa, de limón, de guindas…), las mostazas (hace una casera con manzana) y las anchoas, que tiene ingredientes que no pueden faltar en una despensa italiana (tomates secos marinados, queso parmesano o prosciutto, en su caso crudo de Parma de 30 meses de curación) y que le tiran los sabores orientales (en su nevera guarda aceite de sésamo taiwanés, mirin y zumo de yuzu). Muy ‘gossip’.

Inside Chefs’ Fridges, Europe. Los grandes chefs nos abren sus frigoríficos, de Carrie Solomon y Adrian Moore (Taschen, 39,99 €).

5. Fish – Pescado.

Si eres de los que cocinan poco pescado, es porque aún no te has hecho con este libro. Más de cien recetas originales para preparar en sus múltiples formatos -barbacoa, fritos, al horno, en costra y hojaldre, rellenos, a la sartén, al vapor, en crudo, en conserva, en caldos y sopas…-, con títulos tan apetecibles como dorada a la verbena con alcachofas, mojama de atún con mango, albóndigas de pescado en caldo, ceviche de pez de San Pedro, limón y fruta de la pasión… Todas ilustradas y acompañadas de muchos consejos para aprender o mejorar la técnica, la limpieza, el despiece y la cocción y para conocer las herramientas más adecuadas. Lo mejor: el mensaje de concienciación sobre los peligros de la sobrepesca y lo fundamental de cuidar nuestro mar y nuestros peces.

Fish – Pescado, de Philippe Emanuelli y Frédéric Raevens (Lunwerg, 22,90 €)

Hace un par de años que os hablamos de un clandestino que estaba dando mucho que hablar por su carácter creativo e inclasificable: Spoonik, creado por el tándem Jon Giraldo -colombiano enamorado de la ópera, del arte y relaciones públicas nato- y Jaime Lieberman -mexicano, metódico, afable y pendiente de todo-. Ambos, bien complementados (corazón el uno, razón el otro), abrieron un restaurante en su propia casa, un chalet de la plaza Lesseps de Barcelona en el que ofrecían toda una experiencia gastronómica. La idea era muy buena pero el espacio se les quedó pequeño. Spoonik ha crecido y acaba de mudarse a un local a pie de calle, en una pequeña calle de la zona alta (Bertrán, 28), donde pueden dar rienda suelta a su laboratorio de ideas.

Jaime Lieberman, mexicano, y Jon Giraldo (de pie), colombiano, los creadores de Spoonik.

La experiencia de Spoonik es, primero de todo, gastronómica. Ellos se adelantaron a una tendencia culinaria que cada vez está más en boga: la fusión de la cocina mediterránea con la latinoamericana. Lo hacen desde la vanguardia que les ha dado su experiencia en sitios como Hofmann, Can Roca o Ramon Freixa. De ahí resultan creaciones tan sugerentes como el esférico de leche de tigre, el ceviche vegano, la anguila ahumada con crema de anacardos o el sobrevientre con croqueta de yuca y canelón de pico de gallo, todas presentadas con una estética preciosista. No, no es lo que encontrarás en su carta porque, sencillamente, no tienen carta. Aquí se viene a experimentar y sirven a todo el mundo un único menú degustación sorpresa para cenar. No tengas miedo: si tienes buen paladar y te gusta probar cosas nuevas y diferentes, lo amarás de principio a fin.

Fusión latino-mediterránea en platos como este trío de purés.

El menú, servido en ocho tiempos, va maridado con cuatro opciones. La primera, y que más recomiendan, es con cava. La segunda mejor opción para este tipo de comida es la de vinos blancos. La tercera es para los fans incondicionales de los tintos. Y la cuarta para los abstemios, consistente en los llamados sunnics (bebidas infusionadas sin alcohol). Al final del festín no olvides pedir un café que en pocos o ningún sitio sirven en Barcelona: el cold brew, elaborado por infusión en frío durante 24 horas. Se sirve helado y está buenísimo.

La velada no se limita a lo gastronómico. También es social: se comparten mesas de hasta diez personas y el ambiente invita a interactuar… este sigue sin ser un restaurante al uso. Y, sobre todo, es una experiencia artística. Ya lo era, pero ahora dan un paso más. A las actuaciones en vivo en las que, en cualquier momento, puede salir una soprano para ponerte la piel de gallina entre plato y plato, se añade la proyección de piezas audiovisuales sobre la mesa (el llamado mapping) o el uso de auriculares para hacer aún más sugerente la comida. Por ejemplo, tienen una grabación que te trae el sonido del mar para escuchar mientras comes una ostra o un pescado y acentuar así las sensaciones.

Del Liceu al Spoonik: actuación de una soprano durante la cena.

Aunque en su casa continuarán haciendo algún evento puntual, el Spoonik ha salido definitivamente de la clandestinidad para abrirse más al público, ganar en espacio de almacenaje y en laboratorio de I+D: cuentan con la planta de arriba para dar rienda suelta a su imaginación y seguir creciendo en su parte creativa. De hace dos años a esta parte han ganado mucho, su cocina y su técnica es mejor, y ahora ya pueden ser imparables.

Lo mejor: la experiencia gastronómica (con esos toques latinos que dan carácter a su menú) y artística.

Lo mejorable: aunque han ganado en espacio y comodidad, han perdido el encanto de darte de comer en su propia casa.

Spoonik Restaurant

Bertrán, 28. Barcelona.

Tel. 93 488 64 84.

Menú degustación sorpresa único: 90 € (maridaje aparte: 45 € cava y tintos, 40 € blancos, 25 € sunnics, sin alcohol).

Llega el temido momento de la compra de regalos navideños y los mercadillos efímeros que se programan en estas fechas son ideales para superar la pereza de ir de tiendas y para que, por fin, puedas surtir a tu familia y amigos con regalos originales. Paradetas con productos singulares -muchos para foodies-, buen ambiente y actividades divertidas -talleres, espacios gourmet, conciertos…- es lo que encontrarás en este listado de opciones en Barcelona y Madrid:

MERCADILLOS EN BARCELONA

Two Market

Cuándo: ¡solo hoy domingo 6 de diciembre! De 11 a 20 horas.

Dónde: Ovella Negra de Poble Nou. Zamora, 78.

Qué: Mercadillo alternativo de segunda mano donde encontrar verdaderas gangas: todo lo que se vende aquí cuesta… ¡un euro! La entrada sale también por un euro (gratis para menores de 12 años).

Lost & Found Market

Cuándo: 12 y 13 de diciembre. De 11 a 20 horas.

Dónde: Estación de Francia. Av. Marquès de l’Argentera s/n.

Qué: un mercado vintage con productos de segunda mano. Como novedad, contará esta vez con una mimada selección de paradas con muebles vintage y objetos de decoración. Además, juguetes, libros, cómic, moda… Todo en un ambiente festivo, con la actuación de los Second-hand Deejays.

All Those Food Market

Cuándo: 19 y 20 de diciembre. Sábado de 11 a 00 horas, domingo de 11 a 21 horas.

Dónde: Universidad de Barcelona, Gran Vía de les Corts Catalanes, 585.

Qué: La plataforma All Those, que potencia a artesanos y emprendedores gastronómicos, vuelve a la carga con una nueva edición navideña de su ‘market’. Numerosas paradas de productores que se cimentan en valores como la sostenibilidad, la artesanía y el kilómetro cero, chefs que apuestan por comida callejera de calidad, y una muestra de ilustradores, diseñadores y tiendas que ofrecerán productos muy foodies: cerámica, delantales, cuchillos y otros regalos navideños. Además, actividades para que los más pequeños conozcan los productos de temporada y la alimentación saludable.

El Zapato Rojo

Cuándo: 19 y 20 de diciembre. De 11 a 21 horas.

Dónde: Convent de Sant Agustí. Comerç, 36.

Qué: Mercadillo de diseño con marcas emergentes de moda y complementos, objetos para el hogar y gráficos. Ambiente moderno, buena música, diversas actividades (dj’s, performances, teatro, talleres…) y dos espacios para relajarse: zona kids y zona chill out para comer y tomar algo.

Palo Alto Market

Cuándo: 2 y 3 de enero

Dónde: Palo Alto. Pellaires, 30 (Poble Nou)

Qué: Ambiente cool con todo tipo de paradas llenas de regalos exquisitos: diseño, moda, gourmet, producto de autor… Además, cuentan con un espacio para tomar el vermut y para comer en foodtrucks, y programan diversas actividades. Desde hace poco, se han convertido en eventos tematizados y, en esta edición, bajo el título “Happy Days” se impregnará del espíritu navideño, con ángeles pululando por el mercadillo. Los más pequeños podrán apuntarse a un workshop de galletas con Sweet 180º, mientras los mayores podrán disfrutar de diversos conciertos. La entrada cuesta 3 € y se montan colas considerables, que te podrás ahorrar si compras el ticket online en paloaltomarket.com

Fira de Santa Llúcia

Cuándo: hasta el 23 de diciembre

Dónde: Avenida de la Catedral

Qué: Un clásico entre los clásicos, se celebra desde el año 1786, ahí es nada. Ideal para comprar todo tipo de decoración navideña, encontrarás también diversas paradas de artesanía para comprar regalos.

MERCADILLOS EN MADRID

Mercadillo del Gato

Cuándo: del 11 de diciembre al 5 de enero. De 11 a 21 horas.

Dónde: Antiguo Casino Militar, ahora Centro Cultural de los Ejércitos. Gran Vía, 13.

Qué: Más de cien expositores para todos los gustos: moda, juguetes, vintage, decoración, bisutería, artesanía, arte, cosmética… que irán rotando a lo largo de los días, todo en dos plantas y un ambiente palaciego lleno de magia. Entre compra y compra, coge fuerzas en su zona gourmet Gastro Gato. Otros pluses: la original exposición de JAF obras con luz, que también decorará la fachada, conciertos de piano y violonchello a partir de las 21 horas, el concurso a la mejor fotografía del mercadillo y, entre todos los que compren, se sorteará una cesta de Navidad.

Mercado de Diseño Pop Up Navidad

Cuándo: del 9 al 21 de diciembre. De 11 a 21 horas.

Dónde: San Lorenzo, 5.

Qué: Un santuario del diseño inspirado en Memphis que, de manera efímera, acogerá las marcas emergentes de moda, belleza y decoración más punteras. Además organizan diversos talleres que puedes ver en su web: http://mercadodediseno.es/popup/

Nómada Market

Cuándo: del 11 al 13 de diciembre.

Dónde: Ático de la estación de Chamartín.

Qué: Más de 180 creadores de moda, decoración, productos gourmet y complementos de calidad y ‘made in Spain’ se unirán bajo el lema “Relaxing Xmas”, que apuesta por una alternativa sostenible a los excesos del consumo. Los precios de todos los artículos oscilan entre los 5 y los 100 €, así que si tu bolsillo es ajustado es la opción ideal para encontrar regalos a buen precio. Además, sorteos de lotes de productos, área de juegos y talleres infantiles, zona de empaquetado gratuito, photocall y el Bar del Nómada con empanadas y tartas caseras.

MadrEat

Cuándo: 12 y 13 de diciembre. Sábado de 12 a 22 horas y domingo de 12 a 18 horas.

Dónde: Recinto ferial de Casa de Campo, en Ronda de las provincias, junto al Pabellón de Ondarreta (hasta que acaben las obras en Azca se trasladan aquí).

Qué: El mercado gastronómico sobre ruedas pretende ser en esta ocasión motivo de reunión entre amigos y familia de cara a las fechas navideñas. No es tanto para comprar regalos como para comer bien.

The Hovse

Cuándo: hasta el 24 de diciembre, de 11 a 21 horas.

Dónde: Calle General Arrando, 40

Qué: Una casa con tres pisos y más de ochenta expositores de muebles, ropa, libros, joyas, flores, bicis, gourmet, complementos, juguetes… hechos con dedicación y cariño. Una de las grandes atracciones está siendo la tienda efímera de la diseñadora Sybilla, que ha vuelto al ruedo por todo lo alto, y que estará en un amplio espacio en la tercera planta.

Slow Revolution by Federica & Co

Cuándo: hasta el 5 de enero, de lunes a sábado de 11:30 a 21:30 y domingos, de 11:30 a 15h.

Dónde: Núnez de Balboa, 24.

Qué: Una pop up store en un garaje con unas 33 marcas diferentes de productos foodies y otros regalos chulos, “hechos con el corazón” y amantes del movimiento slow. Todo en el ambiente rústico, chic y femenino de Federica & Co y con una trattoria con suculentas especialidades italianas.

Pop Up Chic

Cuándo: del 10 de diciembre al 10 de enero

Dónde: Dos direcciones, Velázquez, 12 y Claudio Coello, 53. Encontrarás los diferentes horarios en su web: popupchic.com

Qué: Una selección de firmas chic especializadas en moda, decoración, accesorios, bisutería, infantil, gourmet, arte, vintage…

Aladina

Cuándo: 12 y 13 de diciembre, de 11 a 20 horas.

Dónde: Hotel NH Collection Eurobuilding. Padre Damián, 23.

Qué: Mercadillo benéfico de la Fundación Aladina, para ayudar a los niños enfermos de cáncer, con 50 puestos de todo tipo de productos, un bar y una gran rifa. La zona infantil programará talleres de cocina, pintacaras y manualidades navideñas.

Malakids! Market

Cuándo: 26 y 27 de diciembre.

Dónde: Planta Jardín del COAM. Hortaleza, 63.

Qué: Ambiente familiar con diversas actividades infantiles y unos 40 expositores de moda, diseño, juguetes… de firmas independientes y alternativas.

A las comidas y cenas de Navidad hay que darles un toque especial. Da la bienvenida a tus invitados con estos cócteles fáciles de preparar que nos enseñó a hacer Emmanuel, el bartender del hotel Pullman Barcelona Skipper y te quedarás con ellos. Te damos dos recetas: una con alcohol, el clásico y glamouroso Cosmopolitan, y otra sin alcohol, Pasión de Navidad.

RECETA COSMOPOLITAN

Ingredientes:

4,5 cl. vodka

2 cl. cointreau

6 cl. zumo de arándanos

media lima

cereza en almíbar

un chorro de azúcar líquido

cubitos de hielo

palillo largo tipo brocheta

coctelera

Elaboración:

Habitualmente se usa la copa Martini, pero le puedes dar un toque más festivo con una tipo champagne. Lo primero es enfriar la copa: llénala hasta arriba de hielo, si es posible, pilé (picado).

Con el pelapatatas corta una tira de corteza de lima. Para un acabado más divertido puedes cortar los bordes con una tijera dentada, de manera que quedará en zig zag. Clava el palillo tipo brocheta en una cereza en almíbar. Reservar.

Llegamos a la mezcla. Si no tienes medidor, puedes utilizar un vaso de chupito para calcular la cantidad. Pon en la coctelera 4,5 cl. de vodka (un vaso de chupito), 2 cl. de vodka (medio vaso de chupito), el zumo de media lima, un chorrito de azúcar líquido, 6 cl. de zumo de arándanosy cubitos de hielo. Agita la coctelera con estilo.

Quita el hielo pilé de la copa, ya enfriada, y sirve el cóctel de la coctelera con un colador. Perfumar la copa con la corteza de lima que tenemos reservada: torcemos la piel sobre el cóctel y frotamos ligeramente el borde de la copa.

Adornar con la piel de lima y la cereza en almíbar.

RECETA PASIÓN DE NAVIDAD (SIN ALCOHOL)

Ingredientes:

zumo de manzana

zumo de naranja

fruta de la pasión

un chorro de granadina

grosellas

hojas de menta

cubitos de hielo

Elaboración:

Se usa vaso de tubo y las medidas son aproximadas, a ojo y al gusto. Llenar medio vaso con zumo de manzana. Añadir 1/4 de zumo de naranja. Cortar la fruta de la pasión, coger una mitad y verter la pulpa dentro del vaso. Rellenar el vaso con hielo (unos cuatro cubitos), hazlo con cuidado, vigilando de no salpicar, puedes ayudarte con una servilleta. Añadir un chorro de granadina. Remover.

Decorar añadiendo en la piel de la media fruta de la pasión hielo pilé, unas grosellas encima y dos o tres hojas de menta.

¿Cuántos kilos ganas cada Navidad? La media apunta a que sumamos entre dos y cuatro kilos al acabar las fiestas. ¡Si antes de empezar ya tiembla nuestro estómago! Son días para disfrutar y es bueno ser indulgente, pero siempre con un poco de medida, que luego llegan los arrepentimientos y la dificultad para volver al peso anterior. La doctora Amaro, directora médico de la Clínica Feel Good, un centro de nutrición y belleza en Madrid, es la autora de “la dieta definitiva” y, aunque no sabemos si eso existe de verdad, anotamos sus consejos para que mantener a raya la báscula en estas fechas. Difícil pero no imposible.

1. Bebe un vaso de agua en ayunas. Si es fría, mejor, pues la doctora asegura que “esto va a provocar que el cuerpo tenga que quemar calorías para calentar el agua, lo que supone que se ingieren cero calorías mientras el cuerpo sí las consume”.

2. Toma una manzana antes de comer o cenar. “Eso nos saciará lo suficiente para que lleguemos con menos apetito a la mesa y facilitará que consigamos así un vientre más plano”, dice.

3. Consume más pescado que carne. Hay recetas muy festivas a base de pescado y normalmente son más saludables que las carnívoras. Mejor si el pescado es blanco, pues como aseguran en la Clínica Feel Good “son diuréticos, poco calóricos y tienen un alto contenido en proteínas”. Si luego llega el plato de carne, haz lo posible por comer la menos cantidad posible.

4. Haz más ejercicio del habitual. Si lo recomendable en días normales es al menos andar 30 minutos, ponle fuerza de voluntad y amplía a 60 minutos. Hazlo por la mañana o por la tarde si has sido capaz de hacer la digestión después de la comilona. O entre día festivo y día festivo, date un poco de caña por tu bien…

5. Dormir correctamente. Según la doctora Amaro debemos descansar un mínimo de 7 horas si no queremos que aumente nuestro apetito, fundamentalmente hacia alimentos hipercalóricos, y que decaigan más aún nuestras ganas de practicar ejercicio.

6. Las cinco comidas y los 20 minutos. También aconseja un mínimo de 20 minutos para comer, de manera pausada para saciarnos antes, y realizar cinco comidas al día, de manera que llegaremos a la siguiente comida más saciados y no nos lanzaremos compulsivamente sobre el plato. Esto en algunos casos de poco sirve, porque las comidas familiares duran desde el aperitivo hasta la cena… En tales situaciones, es tan fácil como pararte a pensar un poquito, y este ya es un consejo nuestro: ¡pero si no tienes hambre y ya has probado ese turrón tan rico, qué necesidad tienes de comer la barra entera y ponerte malo por indigestión! Qué bruticos somos a veces.

Tenemos más recomendaciones de cosecha propia y es que, al final, todo esto de mantener el peso tiene su lógica, y lo sabes… Las fiestas están para disfrutarlas y un pequeño atracón no es para flagelarte. Simplemente COMPENSA AL DÍA SIGUIENTE!! Abundante fruta y verdura, alimentos poco calóricos como el jamón de pavo, los espárragos, el tomate o el puré de calabacín y una buena dosis de deporte. Si al final todo es para sentirte mejor. Así ya estás preparado para el siguiente festín (que compensarás al día siguiente. Amén).

Si te toca organizar la cena de Nochevieja, la ensalada de langostinos es un clásico que gusta a todos y resulta fácil de preparar. José Sánchez, chef ejecutivo del hotel Pullman Barcelona Skipper, nos ha dado algunos trucos para darle la vuelta a esta receta y presentar un acabado más vanguardista y sorprendente.

Ingredientes:

5 langostinos (de buena calidad) por plato

tomates secos

piña envasada al vacío

haba tonka

hinojo

aguacate

mayonesa

salsa siracha (salsa picante del sureste asiático)

esferificaciones de aceite de oliva virgen (ya preparadas)

brotes de micro mezclum

lechuga

cebollino

sal Maldon

aceite de oliva virgen

Preparación:

Empezamos preparando y reservando cada uno de los ingredientes.

Para que los langostinos queden más estéticos se recomienda realizar un corte transversal (que aprovecharemos para quitar la tripa). Al hervirlos, gracias al corte obtendremos unos langostinos con volumen que nos permitirán un emplatado con más gracia.

Así tiene que quedar el langostino, con volumen

Si preferimos preparar los tomates secos en casa es tan fácil como escaldar, quitar la piel y las pepitas, estirar en la bandeja del horno, añadir sal, azúcar y aceite de oliva y hornear a 80º durante dos horas. Si no quieres perder el tiempo, cómpralos ya hechos, solo tendrás que hidratarlos con un poco de aceite.

Ten preparados los ingredientes en ‘tuppers’ y te será muy fácil realizar luego el emplatado.

La piña puede estar envasada al vacío o la podemos dejar un día en la nevera con limón y azúcar. Cortar a cuadraditos. Si le quieres dar un acabado aún más sorprendente, aromatiza con haba tonka.

Escaldar el hinojo.

Cortar a láminas el aguacate y guardar con agua y zumo de limón para que no se oxide.

Mezclar la mayonesa con un poco de salsa siracha.

Preparar un puré verde con la Thermomix a base de lechuga previamente escaldada y cebollino. Si no tienes Thermomix, aunque el resultado no sea tan bueno, puedes probar con la batidora pero pasa por el colador para que quede fino.

El emplatado con gracia es lo más importante. Realizar una onda con la mayonesa de siracha. Colocar los cinco langostinos, con la cola hacia arriba, salpicando el plato. Colocar de manera desordenada unos pocos dados de piña, los pétalos de tomate seco, la pizca de hinojo, las láminas de aguacate y los brotes de mini mezclum. Acabar con unas gotas a los lados del puré de lechuga. Colocar las esferificaciones de aceite de oliva (no es difícil encontrarlas, Caviaroli es una de las marcas más conocidas) sobre el mini mezclum. Aliñar con sal maldon y aceite de oliva virgen.

Aunque se mantienen y cobran fuerza las tendencias gastronómicas del 2015, otras aparecen y despuntan para este nuevo año.

1. La dieta del no, no, no

Ya hemos hablado en varias ocasiones de la gran tendencia del momento: la cocina saludable -revisa nuestro post “11 tendencias de la comida healthy”-, que este 2016 continuará arrasando, aún más en su versión ecológica y artesana. Dentro de este fenómeno de la alimentación como estilo de vida y pilar de nuestro bienestar, hay una corriente que gana adeptos: la dieta “sin”. Cada vez más gente opta por una alimentación que excluye o proteínas animales (a veces solo carne), o productos con gluten, o azúcar, o lactosa, o cafeína o todos ellos juntos.

Solo ha faltado la publicación de la dieta de la top model Gisele Bündchen & family para reforzar esta tendencia; ellos comen un 80 % de verduras frescas ecológicas y granos enteros (quinoa, arroz integral…) y un 20% de proteína animal, mucho superalimento y nada de azúcares, harinas refinadas -gluten en general-, alimentos procesados, lactosa, cafeína o glutamato monosódico (solo usan sal rosa del Himalaya), entre otras cosas. ¿Te apuntarías a la “vida sin”? A nosotros es que nos tira mucho la cocina mediterránea de toda la vida… y  mojar pan.

Lo que sí es cierto es que los alimentos de origen vegetal ganan en protagonismo, aunque no por ello tengas que hacerte ni vegetariano ni vegano, fíjate en aperturas como Céleri de Xavier Pellicer en Barcelona o El Invernadero de Rodrigo de la Calle, en Madrid. A la vez las grasas pasan de ser demonizadas a ser aceptadas en su versión saludable, como es el caso del aguacate o el salmón.

Cuatro libros que le molarían a la Bündchen.

2. El concepto Delivery o entrega a domicilio.

Lo bueno de la cocina de tus restaurantes favoritos pero servida en la comodidad de tu casa. Desde páginas web especializadas como foodora.es, que en menos de 30 minutos te acercan los platos de buenos locales como Roig Robí o Petit Bangkok en Barcelona o Chifa y Picsa en Madrid, al servicio propio de restaurantes como Jaime Beriestain Café, en Barcelona, que te lleva los platos que elijas en menos de una hora y con el transporte incluido en pedidos superiores a 40 €. Este año nos acostumbraremos más a pedir a domicilio, gracias a que los mejores sitios se apuntan a esta tendencia.

El servicio Food Delivery de Jaime Beriestain en Barcelona, cuida el mínimo detalle.

3. Bebidas sofisticadas sin alcohol

La tendencia por la comida saludable alcanza el mundo del ‘drinking’ de lleno: cada vez pediremos más cócteles sin alcohol -o con muy baja graduación- y otras bebidas sofisticadas ‘sin’. En Spoonik Restaurant, del que os hablamos hace poco, tienen por ejemplo un maridaje con ‘sunnics’, bebidas infusionadas sin alcohol que tratan de maridar con el menú. Quédate con el término inglés ‘mocktail’ (cóctel sin alcohol), si quieres ser aún más sofisticad@ al pedirlo.

Si eres abstemi@ no tienes porqué renunciar a cócteles sofisticados (sin alcohol).

4. El açaí

Cada vez oiremos hablar más y mejor de este superalimento brasileño, unas bayas muy ricas que tienen propiedades casi mágicas. Según la consultora Baum+Whiteman será el ingrediente hipster del año y protagonista de los smoothies y bowls más saludables. En el restaurante flexiteriano Flax & Kale lo sirven en bol junto con plátano, arándanos, crumble casero de castañas de Brasil, sirope de agave, cañamones y bayas de goji y el chef brasileño João Alcântara a través de su compañía FOgO lo prepara de diversas maneras, la más divertida en forma de gazpacho. Atención, por cierto, a la cocina brasileña en el año de las Olimpiadas de Río de Janeiro: tras la revolución de la cocina peruana y mexicana, puede que le haya llegado su momento.

Bowl de frutas con açaí, desayuno para hipsters.

5. La cocina de nuestros ancestros

En las próximas aperturas de alta gastronomía se busca echar la mirada atrás para ver cómo se comía hace siglos. Así, Noor Restaurant en Córdoba, de Paco Morales, pretende recuperar la cocina andalusí del siglo X. “Se trata de depurar la herencia árabe y norte africana en la cocina andaluza, porque fue resumen magistral del saber de todas las demás grandes culturas culinarias mediterráneas anteriores. También de investigar y aplicar esos conocimientos a la cocina más moderna. Sólo así podremos recuperar la cocina hispano-musulmana, junto a aquellas celtas, tartesas, griegas, fenicias, hebreas, romanas o visigodas”, explica el chef de su nuevo proyecto. Lo próximo de Albert Adrià en Barcelona, Enigma, buscará analizar por qué comemos como comemos: “igual vamos hacia atrás para ver cómo comía el hombre al principio, cómo evolucionó, y cómo cocinaba, sin preocuparnos tanto de vanguardias o de técnicas”, explicaba el cocinero a Efe.

Así será el nuevo restaurante de Albert Adrià, Enigma.

6. Bocatas y porrones

Las bocaterías gourmet han pegado fuerte en 2015 y en 2016 están dispuestas a arrebatarle el reinado a las hamburguesas. Algunos como El Porrón Canalla en Madrid, de Juanjo López, optan por acompañar sus bocatas con porrones de cerveza, vino o sangría, para darle un toque aún más divertido. En Barcelona, nos han encantado propuestas como la de Entrepanes Díaz. Vivan los bocadillos hechos con buen producto y combinaciones originales. En Estados Unidos parece que pegará fuerte el elaborado con pollo frito, ¿cuajará también aquí? Ya os contaremos.

Bocata de chorizo y cerveza en porrón de El Porrón Canalla.

Tenemos nueva botella fetiche en el mueble bar. Acabamos de catar el pisco chileno El Gobernador y queremos compartir con vosotros su historia y sus virtudes. Estos son algunos de los motivos por los que tú también deberías probarlo y amarlo:

1. Hay vida más allá de la ginebra

Eso de pedir un gintónic cada vez que sales a tomar un copa es como si cada día cenaras un huevo frito: por mucho que te guste, lo acabarás aborreciendo. Cuando la oferta de gastronomía y de destilados es tan enorme, limitarse a tomar siempre lo mismo no es lo más inteligente. Si abres tu mente hacia tantas nuevas experiencias en la vida, por qué limitar a tu paladar a una sola cosa. Vivan las opciones alternativas para salirse -al menos de vez en cuando- del rebaño.

2. Un destilado con historia (y controversia)

Probablemente ya te sea familiar el pisco gracias al boom de la cocina peruana en nuestro país, que casi obliga a empezar la cena pisco sour en mano. Pues una cosa es el pisco peruano y otra el pisco chileno, aunque guardan similitudes son dos bebidas diferentes. Allí se tiran de los pelos unos y otros cuando se trata de reclamar el origen. A nosotros eso nos da bastante igual, la verdad, mientras podamos disfrutarlo.

La historia cuenta que fueron los primeros conquistadores españoles los que trajeron el arte de la destilación al Norte de Chile. Allí encontraron un clima seco y con una gran luminosidad, ideal para el crecimiento de la vid. El nombre “pisco” probablemente se remonta al 1732, cuando se encontraron documentos que hablaban de tinajas de pisco. En la gran Expo Universal de París en 1899, los piscos chilenos fueron presentados por primera vez al mundo.

3. Qué es el pisco chileno

Se trata de un destilado que se elabora a base de uva, en el que caben diversas variedades: aromáticas (Moscatel de Alejandría, Moscatel Rosada o Pastilla y Torontel) o no aromáticas (Moscatel de Austria y Pedro Jiménez). Se produce en cinco regiones (Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí, Choapa) y es uno de los licores más consumidos en el país.

La fecha de la cosecha se determina por el potencial nivel de alcohol de las uvas, que no debe ser más bajo de 10,5 PD, y siempre se hace a mano. Tras la recepción de uvas, estrujado, maceración, prensado y fermentación, llega la destilación, que se realiza en alambiques de cobre. Para asegurar la armonización, el pisco debe reposar al menos 60 días.

Algunos piscos se envejecen en barricas de madera, otros no. El pisco blanco no se añeja, de manera que mantiene la pureza de las características de la variedad de sus uvas. El pisco guarda permanece 180 días en barricas de madera y el envejecido, un año.

 4. Lo que nos ha molado de Pisco El Gobernador

Por lo visto se produce en el Valle de Limarí, donde tienen un clima sequísimo (9-10 meses sin lluvia y 300 días de sol al año) y donde sus cielos son archifamosos por ser los más brillantes y claros del mundo. Además, tienen tierras calcáreas. El Pisco El Gobernador se elabora con un 50% de Moscatel Alejandría y un 50% de Moscatel Rosado, ambas muy aromáticas -lo que define su carácter-, y reposa en tanques de acero inoxidable. Su graduación alcohólica: 40º.

El resultado: un pisco incoloro y brillante, con un exuberante aroma floral con notas de rosa y jazmín y toques de cáscaras de cítricos dulzones. En boca, es goloso, redondo, casi cremoso, y con un final persistente. Es ideal para disfrutar en cócteles y para realzar postres, como un crepe flambeado o, simplemente, para aderezar una fruta muy madura.

Tras esta marca de pisco chilena, está el gigante español de los vinos, Bodegas Torres, lo que siempre es un buen aval. Para crear la marca se han inspirado en la figura de Felipe Margutt Donaire, un patriota chileno que fue Gobernador de Ovalle y al que consideran un héroe en la zona: gastó sus escasos recursos para hacer progresar a la ciudad y siempre se le recuerda cabalgando y resolviendo los problemas de la gente.

5. Tres cócteles para degustarlo

Sorprende a tus colegas con estos cócteles y tu velada será épica.

INDEPENDENCIA

Ingredientes:

60 cc de Pisco El Gobernador

20 cc de reducción de cítricos al Earl Grey

2 rodajas de pepino

3 gotas de angostura

Tónica o ginger ale

Piel de limón

Elaboración:

Enfría una copa tipo cabernet con cinco cubitos de hielo y elimina el exceso de líquido. Añade el pisco el gobernador, la reducción de cítricos al Earl Grey, las rodajas de pepino y mezcla. Rellena con tónica o con ginger ale y echa tres gotas de angostura. Adorna con la piel de limón.

PATRIOTA

Ingredientes:

60 cc de Pisco El Gobernador.

20 cc de zumo de pomelo

20 cc de sirope de arándanos

5 hojas de menta

3 hojas de albahaca

Hielo seco

Elaboración:

Añade todos los ingredientes en una coctelera y mézclalos bien. Echa hielo, agita con energía y sirve.

MARGUTT SOUR

Ingredientes:

60 cc de Pisco El Gobernador

30 cc de zumo de melocotón

20 cc de reducción de granada (30%).

10 cc de zumo de limón natural

Una rodaja de lima

Hielo

Elaboración:

En una coctelera añade todos los ingredientes y, después, el hielo. Agita energéticamente durante 15 segundos y sirve.